jueves, 31 de mayo de 2012

Crónica #1 EL DESCANSITO .



Por fin, dejé de lado el tedioso despertador  este fin de semana. Fue un gran alivio. Logré disfrutar más de mi jornada de sueño y no me preocupé tanto por cumplir con mis labores diarias, acostumbradas, de lunes a viernes. Tuve más tiempo para descansar, (eso era lo que más quería hacer) y fue posible.

El sábado,  mi día empezó a las 6 de la mañana, preparé el desayuno, disfruté  de una buena ducha y  luego  me alisté para dar un paseo como lo había planeado el día anterior. Fui al paradero, tomé la ruta y pude disfrutar del recorrido, me pude fijar, mientras iba en el bus, de los rayos del sol que se reflejaban  en la ventana; observé la actividad comercial de los vendedores  que estaban cerca de la plaza Guarín, me causó curiosidad que se subió al bus un señor de unos 70 años, aproximadamente, con una vitalidad arrolladora  y de buen semblante, llevaba una bolsa con frutas y se le veía muy contento, y dentro de mí pensé, que si todos regalamos una sonrisa en la mañana, tendremos  un buen resto de  día (nunca esperé llevarme una reflexión de estas en un bus).

En fin, pasó el tiempo, mientras unos iban y venían en el recorrido, yo llegaba poco a poco a mi destino, me bajé del bus,  mi novio me esperaba, decidimos ir a caminar, hablar de lo que habíamos hecho en la semana y luego fuimos  a almorzar. Ya debía regresar a casa, así que nos despedimos y tomé de nuevo la ruta de bus para dirigirme a casa.
El domingo fue un día  más relajado, permanecí todo el día en casa y aproveché para realizar la limpieza de mi cuarto, me deshice de algunas cosas que ya no me servían. En la tarde, me dediqué a redactar la crónica para la clase de Didáctica, así que puse manos a la obra y empecé a trabajar en el escrito.

Llego a la conclusión que mi fin de semana fue genial,  le saqué provecho al tiempo libre para estar bien, tranquila y sin  el estrés de la rutina.  Considero que, el agite diario, requiere un espacio para la relajación y eso fue posible en los dos días que disfruté como debía ser. No se ha ido el  domingo y ya empiezo a extrañar lo bien que se siente cuando llega el viernes, pero bueno, ya viene la nueva semana, no hay de otra de trabajar como todos los días y esperar a que llegue el fin de semana para disfrutar del descansito. 



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